Como un ave que cruza el aire claro
Siento hacia mà­ venir tu pensamiento
Y acà¡ en mi corazà³n hacer su nido.
àbrese el alma en flor: tiemblan sus ramas
Como los labios frescos de un mancebo
En su primer abrazo a una hermosura:
Cuchichean las hojas: tal parecen
Lenguaraces obreras y envidiosas,
A la doncella de la casa rica
En preparar el tà¡lamo ocupadas:
Ancho es mi corazà³n, y es todo tuyo:
Todo lo triste cabe en él, y todo
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo, y derruidas
Ramas lo limpio: bruà±o con cuidado
Cada hoja, y los tallos: de las flores
Los gusanos del pétalo comido
Separo: oreo el césped en contorno
Y a recibirte, oh pà¡jaro sin mancha
Apresto el corazà³n enajenado!