Tຠflotas sobre todo,
Hijo del alma!
De la revuelta noche
Las oleadas,
En mi seno desnudo
Déjante el alba;
Y del dà­a la espuma
Turbia y amarga,
De la noche revueltas
Te echan las aguas.
Guardancillo magnà¡nimo,
La no cerrada
Puerta de mi hondo espà­ritu
Amante guardas;
Y si en la sombra ocultas
Bàºscanme avaras,
De mi calma celosas,
Mis penas varias,-
En el umbral oscuro
Fiero te alzas,
Y les cierran el paso
Tus alas blancas!
Ondas de luz y flores
Trae la maà±ana,
Y tຠen las luminosas
Ondas cabalgas.
No es, no, la luz del dà­a
La que me llama,
Sino tus manecitas
En mi almohada.
Me hablan de que està¡s lejos:
¡Locuras me hablan!
Ellos tienen tu sombra;
¡Yo tengo tu alma!
à?sas son cosas nuevas,
Mà­as y extraà±as.
Yo sé que tus dos ojos
Allà¡ en lejanas
Tierras relampaguean,-
Y en las doradas
Olas de aire que baten
Mi frente pà¡lida,
Pudiera con mi mano,
Cual si haz segara
De estrellas, segar haces
De tus miradas!
¡Tຠflotas sobre todo,
Hijo del alma!