Ayer la vi en el salà³n
De los pintores, y ayer
Detrà¡s de aquella mujer
Se me saltà³ el corazà³n.

Sentada en el suelo rudo
Està¡ en el lienzo: dormido
Al pie, el esposo rendido
Al seno el nià±o desnudo.

Sobre unas briznas de paja
Se ven mendrugos mondados:
Le cuelga el manto a los lados,
Lo mismo que una mortaja.

No nace en el torvo suelo
Ni una viola, ni una espiga:
¡Muy lejos, la casa amiga,
Muy triste y oscuro el cielo!...

¡Esa es la hermosa mujer
Que me robà³ el corazà³n
En el soberbio salà³n
De los pintores de ayer!