Por qué no acaba todo, ora que puedes
Amortajar mi cuerpo venturoso
Con tu mantilla, pà¡lida andaluza!-
No me avergà¼enzo, no, de que me encuentren
Clavado el corazà³n con tu peineta!

Te vas! Como invisible escolta, surgen
Sobre sus tallos frescos, a seguirte
Mis jardines sin mancha y mis claveles:
Te vas! Todos se van! y tຠme miras,
Oh perla pura en flor, como quien echa
En honda copa joya resonante,-
Y a tus manos tendidas me abalanzo
Como a un cesto de frutas un sediento.

De la tierra mi espà­ritu levantas
Como el ave amorosa a su polluelo.