TU ME QUIERES alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nà¡car.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tຠme quieres nà­vea,
Tຠme quieres blanca,
Tຠme quieres alba.

Tຠque hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tຠque en el banquete
Cubierto de pà¡mpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tຠque en los jardines
Negros del Engaà±o
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tຠque el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavà­a
Por cuà¡les milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaà±a;
Là­mpiate la boca;
Vive en las cabaà±as;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raà­z amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pà¡jaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedà³ enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nà­vea,
Preténdeme casta.