Anoche, estando solo y ya medio dormido,
mis sueà±os de otras épocas se me han aparecido.
Los sueà±os de esperanzas, de glorias, de alegràas
y de felicidades que nunca han sido màas,
se fueron acercando en lentas procesiones
y de la alcoba oscura poblaron los rincones
hubo un silencio grave en todo el aposento
y en el reloj la péndola detàºvose al momento.
La fragancia indecisa de un olor olvidado,
llegà³ como un fantasma y me hablà³ del pasado.
Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconde,
y oà voces oàdas ya no recuerdo dà³nde.
Los sueà±os se acercaron y me vieron dormido,
se fueron alejando, sin hacerme ruido
y sin pisar los hilos sedosos de la alfombra
y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra.